Las mujeres inteligentes NUNCA dejan pasar oportunidades

Cuando tenía 22 años de edad, me topé con una bella mujer muy segura de sí misma y que además, conducía un Cadillac rosado y dije “wow, yo quiero ser como ella y quiero uno de esos”. En ese entonces no entendía la oportunidad que se me presentaba.

Hoy, más de tres décadas después, recuerdo ese momento como si fuera ayer, porque fue lo que cambió mi vida y cómo, a pesar de yo ser una joven muy tímida, me acerqué y comenté: “¡Qué bello tu auto!, ¿es de tu mamá?” y me dijo “No, es mío y te puedo enseñar a ganarte uno”.

Por supuesto yo también quería ese éxito y tener ese magnífico Cadillac rosado pero aún así me escuché contestar “no gracias, ya tengo mi auto”, a lo cual ella me respondió con una frase que me picó el orgullo y despertó mi interés: “Las mujeres inteligentes nunca dicen no a las oportunidades”.

En ese momento yo ya estaba casada, ¡tenía dos trabajos, estudiaba y me estaba preparando para entrar a la universidad! Tenía una vida totalmente ocupada y saturada, había que buscar el sustento porque la vida en EE.UU. es fuerte, pero tenía que seguir pensando en superarme, así que era un buen paso para crecer, algo que siempre estuve buscando para lograr el sueño americano.

Acepté esa oportunidad, Mary Kay, que me llevó a una nueva carrera, una nueva forma de vida y también, a ¡ganarme el Cadillac rosado!

Pero no creas que todo fue así de fácil, no fue 1, 2, 3 y listo, primero tuve que superar mis miedos y aprender la esencia de esta maravillosa marca, el proceso, todo para saber cómo dirigirme en el maravilloso mundo de la belleza.

Recuerdo que estaba todo preparado para mi primera demostración de productos, ¿y sabes qué pasó? ¡Me entró el pánico e intenté cancelar! Afortunadamente la anfitriona me dijo, cuando la llamé por teléfono, “tengo aquí el grupo de personas que te están esperando, ¡no las puedes dejar así!”… afortunadamente me “forzó” para presentarme.

Sobra decir que todo fue un éxito cuando terminé. ¡gané 650 dólares de aquel entonces! No lo podía creer pero sobre todo, me di cuenta que los miedos se pueden superar, sólo necesitamos un empujoncito y salir de nuestra zona de confort, y el resultado siempre supera las expectativas.

Ese día fue de total aprendizaje, comprendí que siempre debemos tomar las oportunidades que nos llegan, porque nunca sabes si te cambiarán la vida, como me pasó a mí y que me ayudó a ganar el sustento de mi hogar ¡y ese Cadillac rosado!

Lo que vino después, además del espectacular auto de lujo, fue simplemente maravilloso, cambió mi vida, la de mi esposo y marcó un maravilloso futuro para mis dos hijos, y todo gracias a la oportunidad que tuve en mis manos y que tomé. 

Anímate, ¡tú también!

Sonia Páez

Empresaria, motivadora, coach

Directora nacional ejecutiva de Mary Kay